La Doctora Ana López es médico generalista de Hospital San Agustín
La Dra. Ana López, es médico generalista por la Universidad de Sevilla. Durante años compartió el ejercicio de su profesión tanto en el ámbito privado -en la antigua Clínica ORL- como en el público en el Centro de Salud de Utrera, a la que reconoce como su segunda tierra. Por razones familiares se decantó por el ejercicio de la medicina privada y continúa ejerciendo su profesión actualmente en el Hospital de San Agustín. La actividad laboral de la Dra. Ana López se divide entre la atención primaria y las urgencias. Como médico documentalista se dedica también a la codificación y documentación en este centro médico.
La Dra. Ana López responde a nuestras cuestiones sobre todo lo que se deriva del Covid-19.
Estamos ante una situación de confinamiento que obliga a estar en casa para prevenir el contagio y que ha cambiado de forma radical nuestras rutinas, ¿qué recomienda para el día a día?
Lo fundamental es establecer una rutina. El ser humano es un ser disciplinado, nuestro propio organismo tiene un «horario», el llamado ritmo circardiano y los ritmos biológicos; el sueño reparador es el nocturno, se producen determinadas hormonas a ciertas horas, se llenan los depósitos de aquellas sustancias que son importantes y que hemos ido gastando etc… En cualquier ámbito de nuestra existencia la disciplina es fundamental. Ya llevamos 12 días en casa y esto nos permite corregir errores de los primeros días. Es difícil encajar tantas piezas de este rompecabezas nuevo que tenemos encima de la mesa: hay que compaginar la actividad laboral a través de internet de los padres, las tareas del hogar, las tareas de los pequeños, los ratos de ocio, el cuidado de nuestros mayores etc,,, Una forma de organizarlo sería establecer un horario en torno al eje de las comidas: una hora para levantarse y desayunar, una hora para la comida la merienda y la cena y los espacios entre estas actividades básicas lo vamos a ir llenando con todas estas actividades que hemos dicho, sin olvidarnos de esos minutos necesario para estar «conmigo», para dedicarlo a mi persona.
Los mayores son uno de los colectivos más vulnerables, ¿qué consejos le daría?
Un mensaje fundamenta: no salir de casa. Es tarea de hijos, de vecinos, de voluntarios el estar en contacto con ellos varia veces al día por teléfono, por whatsapp, por vídeo conferencia o a través del balcón de la casa; tienen que sentir que estamos ahí a su lado a pesar de las distancias. Hemos de ayudar en la compra de alimentos, ir a la farmacia o llevarles la prensa. Es necesario la llamada de su médico de cabecera de vez en cuando y dentro de las posibilidades de cada uno. Todos tenemos la obligación ineludible de protegerlos; nos toca devolver todo lo que han hecho por nosotros. Estos días, en la consulta estamos llamando a los pacientes para intentar resolver problemas telefónicamente o para saber cómo están y es impresionante oír su voz llena de agradecimiento por un gesto tan simple como una llamada.
Muchas personas hacían ejercicio por prescripción facultativa, ¿qué pueden hacer ahora desde sus casas?
Hay que continuar con el ejercicio. Tan fácil como dar varias vueltas a la casa cada día, pedalear sentados en una silla, hacer pesar con un kilo de arroz o un bote de mayonesa, aprovechar la Wii de nuestro hijos para hacer tablas fáciles y toda la familia. Youtube pone a nuestro alcance tablas de ejercicios de estiramiento básicos, y las personas que ya venían practicando Tai Chi o Yoga, recuperar su rutinas igual que si estuviesen en el gimnasio. En el caso de personas mayores que vivan solas es un poco más difícil pero siempre es posible «el paseíto por casa» cada cierto tiempo.
En cuanto a la alimentación, el hecho de estar más tiempo en los hogares hace que la cocina sea uno de los «entretenimientos», ¿qué precauciones debemos tomar para no lamentar daños colaterales a esta crisis?
El hecho de estar en casa como medida preventiva no supone que nuestra hipertensión, nuestra diabetes o hipercolesterolemia vaya a vivir al cuartillo de la azotea, están con nosotros como siempre y requieren de nuestros cuidados. Por tanto volvemos a nuestra disciplina alimentaria, debemos seguir nuestro cuadrante semanal combinando proteínas, hidratos, verduras. Es cierto que esta situación puede favorecer la «vagancia» y dar lugar a impulsos incontrolados por comer; para ello volvemos a repetir las palabras mágicas: actividad y disciplina. Tendremos a mano frutos secos naturales, alguna verdura, fruta, yogur al que recurrir si el impulso nos desborda.
Las personas alérgicas, ahora que comienza la primavera, ¿qué indicaciones deben seguir?
Básicamente la misma de todos los años, ventilar las casas 10 minutos por las mañanas, limpiar el polvo con un trapo húmedo para arrastrarlo, no estar cerca de plantas y seguir el tratamiento prescrito por su alergólogo.
Los alérgicos, ¿pueden tener algunos síntomas similares a los que provoca el COVID-19?, ¿cómo podrían diferenciarlos?
En el caso de las alergias nos vamos a encontrar con estornudos, con picor faringeo que provoca tos, con picos ocular y urticarias. Sensación de «pitos» o ruidos en el pecho .
En el coronavirus los síntomas claves van a ser tos seca y continua, fiebre, malestar general y dificultad para respirar.
El paciente alérgico normalmente reconoce sus síntomas de temporadas anteriores. Ante la duda, deben llamar a su médico por teléfono y establecer entre ambos la conducta a seguir.
Y ante cualquier duda,¿ no acudir a un centro sanitario sino llamar?
Sin dudarlo llamar por teléfono excepto en caso de urgencias, para evitar el colapso de los servicios médicos, sobre todo en estos días que se consideran como «los más duros» de esta pandemia en España.
En nuestro hospital los médicos de atención primaria hacemos consulta telefónica, es decir nos ponemos en contacto con el paciente, si se trata de algo que se puede resolver por teléfono o correo electrónico. Si es necesario ver al paciente para explorarlo y valorarlo concertamos una cita horaria para evitar el cúmulo de personas en el servicio.
Si es necesario acudir a urgencias por favor un ruego: desde la entrada al centro informar si se ha estado en contacto con alguna persona de riesgo o hemos estado en alguna de las zonas afectadas, parece una tontería, pero si se informa al personal y es posible seguir el protocolo y evitar contactos innecesarios.
Ahora también se está más expuesto a la automedicación, ¿qué diría al respecto?
En ese sentido tampoco ha cambiado los directrices anteriores al 14 de marzo: no es bueno automedicarse, consultar con su médico, su enfermera de enlace o su farmacéutico antes de tomar un medicamento.
Este shock de cambio de vida también está produciendo estados de estrés y ansiedad, hipocondría,… además de la medicación para aquellas personas que ya tuvieran diagnosticado ¿qué pautas se deberían seguir?
Los nazarenos como todos los andaluces somos gentes de luz y de vivir en la calle, lo heredamos de romanos y árabes y por eso nuestras casas tenían azoteas y patio central; nos gustan los parques y los jardines, las terrazas y las reuniones familiares y de amigos.
Esta situación de aislamiento va a ser difícil para todos, con momentos buenos y otros menos buenos a lo largo del día y más intensos en personas con antecedentes de trastornos de ansiedad.
En estos momentos escuchar música relajante, ejercicios de respiración controlada, tablas básicas de Tai Chi o Yoga nos ayudarán a controlar. Es necesario grabar en nuestra mente una idea: «no somos prisioneros», estamos en casa porque libremente queremos cuidarnos y cuidar de los nuestros y de todos los que nos rodean.
Como médico y pese a que estamos en un momento delicado, ¿qué mensaje lanzaría a la población?
Todo va a pasar, seguro. Muchos van a quedar en el camino, pero muchos más van a sobrevivir. No podemos dejar paras esta oportunidad para reflexionar, y plantearnos una nueva forma de vivir tras esta tormenta.
Me impactó un mensaje de WhatsApp que básicamente decía que antes podíamos abrazar a nuestro seres queridos y amigos, podíamos verlos, podíamos disfrutar de un rato de charla, de una comida, de una película: «éramos ricos y no lo sabíamos». Pues bien, ahora si lo sabemos, sabemos que contamos con nuestros vecinos y con toda la humanidad.: somos muy ricos. Y por favor, quedaos en casa.