Hay estudios recientes de los que se hace eco la dermatóloga Begoña Lasanta
La dermatóloga Begoña Lasanta, de Hospital San Agustín (HSA), informa que aunque todavía hay muy pocos estudios sobre el coronavirus y la piel, ya se han descrito algunas lesiones cutáneas asociadas a este virus.
Según explica la dermatóloga Begoña Lasanta, la piel es el órgano más grande del cuerpo humano y, debido a ello, hay múltiples patologías asociadas a dicho órgano.
Muchos virus se manifiestan en la piel o en las mucosas, y el COVID-19 es uno de ellos. Según la documentación revisada, las enfermedades de la piel asociadas al COVID-19, son muy variadas o inespecíficas y además podrían no tener relación con la gravedad del cuadro e incluso resolverse de forma espontánea.
«COVID Piel»
Existe un estudio, denominado «COVID Piel», realizado en nuestro país, que se puso en marcha hace tan solo unas semanas. Este fue presentado por un grupo de dermatólogos que recogieron los datos de 375 pacientes con enfermedades cutáneas. Todos ellos eran enfermos de COVID-19, ya fuese por un cuadro sugestivo del mismo como de la enfermedad confirmada con PCR positiva.
Gracias a esta investigación, prosigue la dermatóloga Begoña Lasanta, se han podido relacionar principalmente cinco patrones de lesiones dermatológicas. El patrón más frecuente (47% de los pacientes), consistía en erupciones maculo-papulosas (manchas en la piel de color rojizo) localizadas o generalizadas, muy inespecíficas y similares a otras erupciones causadas por virus.
Son de predominio en tronco, poco o nada pruriginosas (es decir, pueden picar o no), y aparecen coincidiendo con el inicio de los síntomas respiratorios o días después. Lo más frecuente es que se resuelvan espontáneamente sin ningún tipo de tratamiento.
Por otro lado, el 20% de los pacientes presentaron lesiones rojizas o violáceas similares a los sabañones y por tanto localizadas en manos y/o pies. Estas se han observado sobre todo en niños y pacientes jóvenes y se apreciaron en etapas tardías de la enfermedad por coronavirus.
Otro grupo de pacientes, concretamente el 19%, presentó un cuadro similar al de la urticaria, con la aparición de eritema y habones (ronchas rojizas) clínicamente indistinguibles al de la urticaria aguda. Al igual que la erupción que comentamos anteriormente es una manifestación inespecífica, puesto que una de las causas de la urticaria son los virus, sobre todo en niños.
Por último, una minoría de pacientes presentó lesiones vesiculosas (pequeñas ampollitas) e incluso necrosis en zonas diétales.
Así, en resumen, este estudio ha ofrecido la primera clasificación de los síntomas cutáneos asociados al COVID-19, ya sea con sospecha de dicho virus o confirmación a través de PCR. Estos síntomas además pueden ayudar también al diagnóstico de las distintas fases de la enfermedad aunque, por supuesto, se debe continuar estudiando, ya que todavía quedan muchas cuestiones sin aclarar.