La Doctora Isabel Pérez forma parte del equipo de Medicina General de Hospital San Agustín y trata día a día con pacientes que se automedican antes de ir a consulta
El momento en el que vivimos, con la situación de pandemia por el COVID 19 y la estación del año, con fríos y frecuentes cambios de temperatura, nos obliga a extremar los cuidados para no enfermar. Muchas veces caemos en dar nuestro propio diagnóstico y tratamiento con la ingesta de fármacos sin control médico y/o farmacéutico.
La automedicación es el uso de medicamentos por iniciativa propia, sin la intervención de profesionales de la salud, tanto en el diagnóstico de la enfermedad, como en la prescripción y en la supervisión del tratamiento.
Existen muchos medicamentos que pueden adquirirse sin receta médica, lo que no implican que sean inocuos y que no puedan ser perjudiciales en determinadas situaciones. Medicamentos que pueden ser consumidos libremente por cualquier persona para el autocuidado de su salud. Diferente son los medicamentos que necesitan receta médica, la automedicación con estos fármacos es una práctica desaconsejada con total rotundidad.
La automedicación podemos dividirla en responsable e irresponsable.
Automedicación responsable
Puede ser muy útil si se usa para aliviar síntomas menores como el dolor, la fiebre, la acidez de estómago, una contusión, siempre durante un tiempo limitado y con mayor precaución en personas con alguna enfermedad crónica o que estén bajo tratamiento farmacológico con otros medicamentos.
Medicación irresponsable
Conlleva una serie de riesgos como son:
1.-Podría enmascarar síntomas que en caso de tener que acudir al médico dificultarían el diagnóstico, retrasándolo con la posibilidad de agravamiento.
2.-Si se toman otros medicamentos, pueden interaccionar causando perjuicio a nuestra salud.
3.-Toxicidad, no conocer los efectos secundarios o reacciones adversas aunque sean de medicamentos sin receta, hace de esta práctica un riesgo.
4.-Falta de efectividad, porque se toman en situaciones en las que no están indicados, por ejemplo la toma de antibióticos para tratar procesos víricos.
5.-Resistencia a antibióticos.
6.-Dependencia o adicción.
Consejos básicos sobre la automedicación:
Siguiendo estas pautas se pueden evitar los riesgos de la automedicación.
1.- No tome ningún medicamento que tenga que ser prescrito por un médico sin su supervisión.
2.-En el caso de los medicamentos que no requieren receta médica, pida consejo a su farmacéutico.
3.-En caso de embarazo, lactancia materna, presencia de enfermedades crónicas o si se trata de niños, consulte siempre al médico antes de tomar ningún medicamento.
4.-La automedicación debe tener una duración razonable. Si los síntomas continúan o su estado empeora debe acudir a su médico.
5.-Informe a su médico de todos los fármacos que toma o ha tomado, (también hierbas medicinales, vitaminas, suplementos dietéticos, homeopatía, etc.)
6.-Lea y conserve el prospecto de todos los medicamentos. Es importante saber qué se toma, porque se lo toma y cómo y cuándo se debe tomar.
7.-Conserve los medicamentos en su embalaje original. Este contiene información importante como la caducidad, el lote si se ha de guardar en nevera, etc. Además el embalaje protege el medicamento y garantiza su adecuada conservación.
8.-Evite el consumo de alcohol cuando esté tomando medicamentos porque puede afectar a su capacidad de reacción por ejemplo en la conducción de vehículos o en la realización de otras actividades peligrosas.
Debemos ser responsables, el consejo de un familiar o amigo no tiene base científica, los medicamentos no actúan igual en todas las personas, no automedicarse si no se tiene la información necesaria, tanto de la afección que se va a tratar como del uso del medicamento seleccionado.
Para evitar riesgos sobre la salud primero debemos informarnos y después medicarnos.