Una vez más, nuestra logopeda, Inmaculada Gutierrez, se une a la concienciación de la tartamudez en este día

La tartamudez es una alteración en la fluidez en el habla, ya sea por la presencia de repeticiones de sílabas o palabras, prolongaciones o incluso bloqueos. Cuanto esto se da en niños, provoca una gran preocupación en sus padres, ya que de repente, entre los 2-3 años de edad comienzan esos episodios de disfluencias.

En el momento que los padres empiezan a inquietarse por la aparición repentina de estas disfluencias, debe acudir a un logopeda especialista en tartamudez, para que realice una evaluación temprana. En ésta, se valorarán los factores de riesgo para que la tartamudez persista y acabe instaurándose. No existe una prueba específica de su pronóstico.

Adaptación del tratamiento según el paciente

En varones se da una mayor prevalencia. Hay que preguntar por posibles antecedentes familiares de tartamudez y si se han dado, cómo ha sido la recuperación. También es muy importante la edad en que esta aparece: si aparece tras los 4 años del niño, es mayor el riesgo de persistencia.

El tiempo de evolución hay que tenerlo también en cuenta, así, si desde que debuta la tartamudez, transcurre un año, también es probable su persistencia. La actitud de los padres y las personas del entorno del niño se hace fundamental en la evolución de la misma. Si el niño en cuestión se frustra fácilmente, ayudarle a regular ese sentimiento. Existe comorbilidad con otras dificultades, de tal forma que si el niño tiene otros trastornos, del neurodesarrollo, trastornos de los sonidos del habla(las tradicionales dislalias), TEL… hay mayor posibilidad de que la tartamudez se establezca.

Tras realizar un estudio del riesgo de que la tartamudez persista, en torno a las variables anteriores, se realizará un tratamiento indirecto, con los padres del niño, cuando el riesgo sea bajo. Principalmente se da unas pautas de actuación parta cuando aparezcan las disfluencias y se evalúan las conductas de los padres con respecto a aquellas. En cambio si el riesgo es alto, se realizará una intervención directa con el niño, en consulta, además de otra indirecta con los padres.

Las causas de la tartamudez se desconocen, y aunque tradicionalmente se ha relacionado con aspectos emocionales, esto es un error. Al ser una alteración del habla, debe ser tratando por un profesional de esta área de la logopedia. Cuando un niño cumple 6 años, y las disfluencias persisten, es poco probable que desaparezcan. En ese caso habría que trabajar su aceptación y reducir el impacto negativo que pueda tener sobre él, sus padres y en el colegio. Una de las frases más escuchadas en torno a la tartamudez es “piensa más rápido que habla”, y esto no es realmente así, puesto que todos lo hacemos y no así tartamudeamos. También suele asociarse la tartamudez a un trauma vivido, y tampoco lo justifica.

En el caso de la tartamudez en adultos, hay que tener en cuenta que un día fue un niño que tartamudeó, y que probablemente haya tenido experiencias negativas a lo largo de su vida. Además, quizás no seamos el primer profesional al que acude, por lo que habrá que indagar en qué tipo de tratamientos previos ha recibido.

Hoy se celebra el Día Mundial de la Tartamudez con un cometido tan sencillo como normalizar esta alteración de hablar. La tartamudez hay que abordarla desde la naturalidad, tanto por el paciente como por todas las personas que lo rodean, abandonando todas las ideas negativas en torno a las posibles disfluencias.

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